Este fin de semana Carmen Pellicer participó en la tertulia del programa No es un día cualquiera de Radio Nacional España para reflexionar sobre las nuevas formas de estudiar, de aprender y de enseñar.
Lo hizo junto a Elena González Burón, miembro de Big Van Ciencia, un grupo de científicos dedicados a la divulgación, y Paco Pajuelo, profesor de Geografía e Historia en el Instituto Almudeyne de Los Palacios (Sevilla).
Abordaron temas como las estrategias para la motivación, la digitalización, la presencialidad o el currículum en el nuevo contexto que nos deja la pandemia que ha puesto de manifiesto las carencias que el sistema educativo venía arrastrando.
Aprender vs. consumir información.
¿Cuál es el rol del docente? ¿Cuál es su papel en el tesoro que supone la presencialidad?
Si todo está en internet, el desafío para los docentes es cómo estimular el pensamiento crítico y creativo; y en hacerles entender que googlear no es investigar ni aprender es consumir información.
“La presencialidad tiene que ser ese estímulo constante de un aprendizaje profundo real y aplicado”.
Carmen Pellicer
Los tertulianos hablaron de la memoria y la emoción como agentes esenciales en los procesos de aprendizaje pero, además, Carmen Pellicer habló de dos elementos muy importantes para abordar una nueva forma de aprender:
- Mastery Learning o dominio del aprendizaje. Aprendemos más sobre lo que sabemos más, por ello surge el debate sobre el currículum para reducir contenidos y aprender en más profundidad.
- La interdisciplinariedad. Es decir, la conexión entre las materias, las experiencias, los aprendizajes.
Digitalización y brecha digital.
La escuela juega un papel muy importante a la hora de dar oportunidades y, por eso, “hace falta una apuesta valiente y generosa” para asegurar que nadie quede detrás, afirmó Pellicer.
“Saber manejar dispositivos no es ser competente digitalmente”.
Carmen Pellicer
Si nos preguntamos qué gana un aula con la digitalización es obvio que lo primero, el acceso a información; pero la presidenta de Trilema destacó también que permite ampliar el mapa de públicos de los interlocutores. “Hemos abierto las aulas al mundo”, concluyó en ese sentido.
La escuela ha perdido el control sobre el aprendizaje, lo que nos debe hacer confiar en las habilidades blandas y en las funciones ejecutivas, para entrenar aspectos como la autonomía y la autorregulación y que los jóvenes se enfrenten con más madurez al mundo digital.