Los días 8 y 9 de mayo, Danone celebró un encuentro con motivo de la celebración de sus 100 años, bajo el lema ‘The love behind food summit’, en Barcelona con la asistencia de hasta 600 personas para reflexionar en torno a la salud, la nutrición y la educación.
El acto contó con la asistencia de miembros de la directiva del Grupo Danone, que hicieron un repaso sobre la historia de la compañía; diferentes entidades colaboradoras y con la intervención de expertos/as que hablaron sobre alimentación, salud y medioambiente. También, tuvieron lugar numerosas charlas sobre alimentación y debates acerca de importantes iniciativas que se están llevando a cabo dentro y fuera de España.
Emmanuel Faber, consejero delegado de Danone, presentó la nueva línea de la empresa: ‘One Planet. One Health’. También participaron como conferenciantes Carme Ruscalleda, chef con 7 estrellas Michelín; Toni Massanés, director general de la Fundación Alicia; Ana Enrich, directora de Ashoka Barcelona y Carmen Pellicer, presidenta de la Fundación Trilema.
‘Educar niños felices para un mundo mejor’, la ponencia de Carmen Pellicer.
¿La felicidad está de moda? ¿Se puede aprender a ser feliz? o ¿Y si Pisa midiera la felicidad? Son algunas de las preguntas que puso sobre la mesa y sobre cuyas respuestas fue reflexionando durante su exposición.
La felicidad es subjetiva y la OMS define la salud como algo que va más allá de lo físico, que depende también del estado emocional, mental y espiritual de las personas. Tal es la importancia que están cobrando los aspectos sobre la salud y la felicidad de los niños, que los sistemas educativos más avanzados del mundo –como Reino Unido, Canadá o Dinamarca, entre muchos otros– incluyen ya en sus currículums proyectos específicos o asignaturas centradas en estos aspectos que son evaluados e implantados de manera rigurosa dentro de sus escuelas.
Sustentando sus afirmaciones en diferentes estudios y dado que el centro de interés, sobre todo por parte de la Administración, está en las etapas de la adolescencia –donde más problemáticas existen– aseguró que para educar el carácter tenemos que empezar desde las primeras etapas de la infancia.
“Si queremos modificar hábitos que favorezcan una juventud feliz, equilibrada y saludable necesitamos elaborar propuestas sistémicas integradas en la vida ordinaria de las escuelas”, expresó Pellicer; justificando así el proyecto ‘Alimentando el Cambio‘ que desde la Fundación Trilema se impulsa junto a Danone, Ashoka y SEEDO.
‘Alimentando el cambio’ pretende introducir los hábitos saludables desde la escuela de manera sistémica, integradora y replicable en cualquier entorno.
La clave de la adquisión de hábitos es que se interioricen y duren en el tiempo. No solo se deben practicar, sino que se debe desear practicarlos. “Lo fundamental en un programa de modificación de hábitos es que cambien sus comportamientos cuando nosotros no les vigilamos”, concluyó.
Las escuelas y los educadores tenemos un entorno privilegiado para poder generar programas que fomenten el entrenamiento de hábitos que duren en los jóvenes cuando acaben la escuela. Y, aunque se están llevando a cabo iniciativas muy interesantes desde algunos Centros en nuestro país, no es una prioridad generalizada. Por ello, planteó si cambiarían nuestras prioridades e incrementaría la presión social hacia las escuelas, para que asumieran la responsabilidad de entrenar las competencias que llamamos ‘personales’, –cuidar de uno mismo, la relación con el entorno, las fortalezas…– si PISA midiera las tasas de salud o felicidad.
La respuesta posiblemente es sí, y como el Informe está actualmente trabajando en esta línea, no tardaremos en comprobarlo.
Puedes escuchar su intervención al completo, a partir del 04:16:31, aquí
Algunas ideas clave que resumen sus aportaciones:
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3 palabras clave: Cultivar emociones positivas
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Autorregulación: Estimular la correcta autorregulación de las funciones ejecutivas es más eficaz que la motivación en sí misma.
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Favorecer la práctica de hábitos saludables en un entorno rico en experiencias.