Más de 90 educadores han asistido hoy al III Encuentro con Orientadores y Profesorado de la Cátedra Nebrija Santander en Inteligencia Ejecutiva y Educación. José Antonio Marina y Carmen Pellicer, director y subdirectora de esta Cátedra, han destacado durante su intervención que hoy en día el desafío es cambiar el aprendizaje de nuestros alumnos y ayudarles a que generen su inteligencia. Se trata de cambiar el paradigma educativo y mover el foco de atención del cómo enseñar al cómo aprende el niño. Marina y Pellicer han explicado las bases de su modelo de inteligencia ejecutiva que pretende entrenar los mecanismos del cerebro de los alumnos para mejorar los resultados en su aprendizaje.
Para José Antonio Marina, no sólo hay que enseñar a los alumnos a “jugar mejor con las cartas que les han tocado” sino que la educación permite “fomentar que esas cartas recibidas cambien y mejoren”. Por su parte, Carmen Pellicer ha resaltado que “la comprensión, necesaria para aprender, no es un acto voluntario, por lo que debemos ayudar a que se produzca desde el modelo didáctico”.
El filósofo y pedagogo ha explicado que este modelo de inteligencia se basa en la idea de que nuestro cerebro trabaja en dos pisos. El primero es el que genera y maneja grandes cantidades de información y el segundo es el que la dirige, la ordena y permite desarrollar las funciones ejecutivas. “Si conseguimos que algo que hacemos conscientemente se automatice liberamos el mecanismo de la atención, que es el que antes se agota, y podemos utilizar ese recurso en otras tareas de aprendizaje”.
Carmen Pellicer ha dedicado su exposición a mostrar de una forma más práctica cómo aplicar este modelo en la programación de las clases que prepararía un docente. Ha insistido en la importancia de “acompañar los conocimientos con experiencias prácticas para fomentar el interés de los alumnos por el aprendizaje y los conceptos que se les están explicando”. Introducir experimentos de manera asidua en el aula hará que los alumnos desarrollen sus propios desempeños cognitivos y se pregunten de manera natural por el mundo que les rodea. “El entrenamiento de las funciones ejecutivas requiere una periodicidad y una repetición por parte del docente, si no, no tendrá ningún efecto”, ha matizado la pedagoga.
Tras sus intervenciones, el III Encuentro ha continuado con tres talleres sobre el entrenamiento del pensamiento impartidos por Martín Varela, Javier Ojeda y Javier Bernal, de la Fundación Trilema.